domingo, 16 de agosto de 2009

Finalmente es mi espacio y no lo cederé

Es un " do " que se repite sólo una vez, " si " " la ".
Todo en negritas, que hablan por corto espacio de segundos, para después regresar, medio contentas, medio aplacadas; quizá suban a " fa ", quizá se queden calladas.

Es un cansancio que se mezcla con el sabor de la noche.
Todo negrito, y el silencio no platica esta vez.
Se escucha a lo lejos la respiración de los coches, el palpitar de las horas.
La palma de mi mano derecha cuestiona a mi mejilla y a mis labios.
Quizá le responda más tarde, quizá me lo guarde por siempre.

Qué ganas de quedarme sin ganas.

Si hago un arpegio en la guitarra y me recuesto sobre ella puedo sentirlo todo, las vibraciones de su aire, los suspiros contenidos, las historias que no terminamos de contar, y que por pura necesidad vamos a dejar pendientes.
Voy a caminar mucho y a respirar más, a limpiar el playlist de mi itunes, hay canciones repetidas y sonidos que vengo cargando de algún tiempo atrás.
Las olas son el vientre materno al que pretendo regresar, te buscaré allá.
Quizá esta vez sí te logre encontrar, y por fin quieras venir acá.
Entonces todos sabrán que el gris se terminó, y comprenderás también que he aprendido a cocinar.
Con todo y que te quedaste en el limbo, seguro te gustará.

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