viernes, 13 de junio de 2008

Recostado sobre el colchón.

No, recostado no.

Tirado, desparramado cual escupitajo que arroja un gigante muy congestionado, sobre el colchón. Así está mejor.
Con una amplia y panorámica vista hacia un redondo reloj, que emite sonidos extraños cada vez que le enseño la lengua. Mi lengua, húmeda y roja, roja y húmeda, que dibuja líneas verticales tentando al reloj. TIC TAC. TIC TAC. Monótona respuesta. TIC TAC. TIC TAC. Y cierro los ojos, y aflojo los hombros, después va la espalda, le sigue la cadera y por último los pies. Completamente ido, por completo ausente. Visión oscura al principio, que comienza a iluminarse casi a jalones de oreja. El insulso reloj se va alejando. TIC TAC. Tic Tac. tic tac. tic. Todo es paz, y una melodía bossa novesca me acaricia la mejilla y me hace ronronear e involuntariamente arrojar mi brazo hacia un lado, sólo para dejarlo caer sobre el espacio vacío, abro los ojos de a poquito y confirmo la circunstancia.
Los cristales empañados, la calle emite un sonido que me llama. Plap. Plap.
El suelo frío. Mis pies desnudos. Acerco la mano al cristal de la ventana y me apoyo sobre él, comienzan a escurrir gotas de agua, de claridad, de memorias, de sonrisa que en algún momento fuí.

- Hoy por la mañana te escribí una canción-. Le dije.
-!¿En serio?¡- Sonrió ella.
-!Sí¡- Afirmé.

Cosas que la lluvia trae consigo, gotas de recuerdo.
Las lluvias no son lo mismo ultimamente, camino solo, las veo de lejos, huelen distinto.
Sí extraño aquellos días, aunque yo siempre he sido de la idea de que "no hay mal que por bien no venga" y sé que ningún cambio es malo, de todo se aprende, es inevitable afligirse.
El único regalo que tengo y que no siempre me atrevo a dar, son las palabras, y evitando, o mejor dicho apretándome un tanate, y aguantando la pena que podría mi alma sentir al saberse desnuda y desarropada, compartiré un poco de las palabras que ha creado tu presencia en mí, tú sabes quién eres, y espero que esas pocas palabras puedan hacerte sentir un poquito más cercana a mí, por que ultimamente, yo no me siento tan cerca de nada.

La melodía que viene,
que se posa fiel y nos envuelve.
Esa espesa espuma blanca,
que se altera con la noche,
que se eleva y nos moja el rostro.

Las risas con olor a chocolate y café.
Caminatas largas, desesperos y pasión,
Suerte que las estrellas nos platiquen hoy también,
Suerte que sí seamos de papel.

Vas contenta bailando en el borde de los sueños,
como si no conocieras del temor,
yo te miro, te admiro y quisiera bailar también,
más mi coordinación es nula,
pero hoy la luz de la luna,
viene a tu silueta bien.

Curioso que tu mano tenga más calor que el sol,
y entre tus brazos, las lágrimas me saben mejor.

Hoy no hay que llorar,
Hoy tengo ganas de gritar,
De emitir sonidos raros, de sentarnos cerca de la playa,
y escuchar cantar al mar,
hoy no hay que llorar,
Dejar que la lluvia caiga, y cantarle al mar.

domingo, 1 de junio de 2008

Depurar para crear.
Resolver para depurar.
Orar por resolver.
Creer para orar.